lunes, 28 de abril de 2014

RAMÍREZ: REFLEXIONES ACERCA DE LA IDENTIDAD ÍBERO-INDO-AMERICANA

REFLEXIONES  ACERCA  DE  LA IDENTIDAD  ÍBERO-INDO-AMERICANA


     Entendemos por identidad el conjunto de las características que son propias de un pueblo o de un conjunto de pueblos. En este caso nos referiremos a los pueblos íbero-indo-americanos a los cuales pertenecemos, pero no a todas sus características, sino a aquellas que Julius Evola ha señalado como la elección de las tradiciones.
     En nuestro vasto continente los íbero-indo-americanos ocupamos una superficie de 20 millones de kilómetros cuadrados, sin contar la proyección antártica, con una población en crecimiento,, de 600 millones de personas. La región del mundo más alejada de los grandes conflictos mundiales típicos del hemisferio norte, con toda clase de recursos materiales y con acceso a los dos más grandes océanos y amplia variedad de climas. No tenemos conflictos étnicos, somos un continente mestizo, con  predominio de la religión católica y con unidad idiomática ya que tanto el castellano como el portugués son lenguas afines y nos entendemos sin inconvenientes.  Todo esto haría las delicias de un geopolítico,  pero  no sirve para nada sino somos capaces de ponerlo al servicio de una idea superior y tradicional  por sobre lo material y económico. Vemos así como nuestros gobiernos preocupados exclusivamente por lo económico y financiero crean el Mercosur, el Alba, el Pacto Andino, la Unasur, la Celac, etc. siguiendo el mal ejemplo de la Ubión Europea cuyo horizonte materialista no tiene  ninguna perspectiva más allá.
     Cabe entonces indagar en la historia que antecedentes tradicionales  pueden ser tomados como guía para dar fundamentos firmes a lo puede  llegar a ser un formidable estado.
     Lo primero que se presenta es el origen imperial de nuestros pueblos, pero no cualquier imperialismo moderno, sino imperios tradicionales: maya, azteca, inca, español y portugués, que si miramos atentamente hay aún presencia de ellos en instituciones, legislación. usos y costumbres. Esos imperios todavía se consideraban como representantes de Dios o de los dioses en la tierra, todo lo contrario de los estados modernos qu no aspiran a ir más allá de las cosas materiales.
     Otra identidad de nuestros pueblos es la religión católica. Creemos con René Guénon que la religión tiene dos aspectos; uno es el estrictamente religioso. el exotérico, el vínculo con la divinidad; el otro es el social, el vínculo entre los hombres y la sociedad. En este último aspecto el catolicismo ha sido parte decisiva en la formación del tejido social de nuestros pueblos y que está siendo perjudicado por la penetración del protestantismo. Refiriéndose a nosotros decía el presidente yanqui Teodoro Roosevelt: “ Mientras estos pueblos sean católicos no los conquistaremos.” Evidentemente el viejo del “gran garrote” sabía de qué hablaba.
     Lamentablemente la Iglesia Católica  hace tiempo se ha apartado del catolicismo heroico, viril y guerrero, si es que alguna vez lo tuvo, y menos ahora con el “francisquismo”. De todas maneras no nos queda más remedio que construir un catolicismo gibelino al margen de todas las estructuras eclesiales, incluso de los integristas en disidencia con Roma, ya que siguen siendo güelfos.
     Otro aspecto a considerar es el cultural el cual hay que conservar pues ello hace a nuestra identidad, por ejemplo, rl idioma que día a día se ve invadido por palabras extranjeras.  A través del idioma nos expresamos y nos entendemos pero si las palabras cambian se produce una confusión semántica que destruye el tejido social. La pseudo cultura rockera es otra de las invasiones culturales qoe nos afectan y contra la cual hay que tomar posiciones. Desde hace más de 200 años la Europa moderna nos ha enviado toda clase de subversiones y que han tenido origen en ese continente: racionalismo, masonería, iluminismo, jacobinismo, democracia, liberalismo, marxismo, evolucionismo, positivismo, psicoanálisis, racismo y ahora, por último, geopolítica y euroasiatismo. Por favor, que no nos envíen más. Debemos limpiar la mente y el corazón de todas esas sugestiones que obscurecen y enturbian nuestra vida. Es preferible estar desnudos ante el futuro que vestidos con esas alienaciones. Ser sujetos y no objetos.

San Carlos de Bariloche, 22 de abril del 2014.

JULIÁN  RAMÍREZ



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