lunes, 14 de julio de 2014

RAMÍREZ: A CIEN AÑOS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

A CIEN  AÑOS DE  LA  PRIMERA  GUERRA  MUNDIAL: TRIUNFO  DE  LA  SUBVERSIÓN

    
    El 28 de junio de 1914 es asesinado en un atentado en Sarajevo, hoy capital de Bosnia, el archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono del imperio austro-húngaro. Este fue el detonante del inicio de la guerra mundial de 1914 a 1918. No nos vamos a extender sobre su desarrollo y cuestiones que han sido ampliamente estudiadas por la  historiografía. Fue una guerra moderna con grandes masas de ejércitos y que involucró a la población civil, con millones de víctimas, armas químicas y combates aéreos. Las guerras tradicionales se disputaban entre  elites aristocráticas ya que hacerlas era un privilegio de la nobleza. No cualquiera tenía ese derecho. En esas guerras se respetaban normas de ética caballerescas propias de una casta de guerreros. El advenimiento de la democracia implantó el criterio del pueblo en armas y cualquier ciudadano puede hacer uso de las armas con las consiguientes masacres, atrocidades y arbitrariedades.
     Y la democracia que ya se imponía en Occidente junto con los ideales de la revolución francesa tuvo su gran victoria en la guerra mundial. La principal consecuencia de la guerra mundial fue la destrucción de cuatro imperios que aun sostenían algunos principios tradicionales: el austro-húngaro, el alemán, el ruso y el otomano, aunque ya estaban muy carcomidos en sus estructuras básicas. Cuando los representantes de una tradición no cumplen con sus obligaciones con dignidad y honor, de lo que se trata es de reemplazarlos, pero la subversión aprovecha esas circunstancias para derogar los principios e instalar la democracia. Eso es lo ocurrió en esencia en la primera guerra mundial con el triunfo de la democracia en occidente y el marxismo en Rusia. Detrás de los hechos y personajes que es de lo que se ocupan los historiadores modernos, entre bastidores actuaban fuerzas ocultas e invisibles que movían los acontecimientos. Es la guerra oculta de la que brillantemente se ocuparon  Julius Evola y Emanuel Malynski.
     Cien años más tarde cabe preguntarse si la guerra oculta sigue actuando y está presente en los acontecimientos diarios. No vacilamos en dar una respuesta afirmativa.
     La guerra oculta hoy se manifiesta en el control que se ejerce sobre las mentes y los sentimientos del hombre común y de algunos que no son tan comunes.  A diario los medios de comunicación en forma masiva envían sugestiones de lo más corrosivas y degradadas. Se tergiversan los hechos cuando no se los deforma o se los oculta, Se miente en forma descarada, y lo peor de todo, se acepta mansa e inocentemente y sin crítica lo que se propone como lo mejor. Nunca se ejerció tanto dominio sobre no solamente las masas, sino también sobre minorías que presumen de cierto nivel intelectual.
     Hasta hace relativamente poco tiempo, el hombre todavía no sometido a las sugestiones de los medios de comunicación disponía de una libertad de pensamiento que se traducía en una acción y podía luchar. Hoy día con mentes dominadas por las ideas de democracia, paz, consenso, amor al prójimo, humanitarismo, derechos humanos, libertad individual, igualdad, consumismo, pansexualismo y sugiriendo que la vida es lo más importante, el hombre moderno se encuentra robotizado e inerme.
     Por ello es que apoyamos la política de los grupos fundamentalistas islámicos que sostienen que la cultura moderna es pecado y actúan en consecuencia erradicándola. La vía de la acción guerrera es pues la que se impone.

San Carlos de Bariloche, 24 de junio del 2014

JULIÁN  RAMÍREZ


  

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