lunes, 28 de julio de 2014

RAMÍREZ: ESTAMOS EN GAZA

    ESTAMOS  EN  GAZA


     Estamos inmersos en una vorágine de acontecimientos que se suceden a diario a escala mundial y en diversos lugares, y el ojo avisor y profundo puede advertir, más allá de lo manifestado, visible y superficial, el drama de la guerra de civilizaciones. Somos privilegiados al poder asistir en estos momentos de la historia al ya incontrastable enfrentamiento entre el espíritu tradicional y el mundo moderno, aunque muchos obcecados dominados por lo económico, lo geopolítico, por ideologías naturalistas y por intereses materiales se nieguen a reconocer.
     El acontecimiento más reciente en esta guerra lo constituye la agresión del estado prostituto de Israel contra la franja de Gaza, y así lo calificamos puesto que es un mantenido del imperialismo yanqui.
     Gaza es un pequeño territorio de apenas 360 kilómetros cuadrados con una población de alrededor de un millón y medio de habitantes. Contra esta pequeña porción del mundo se ha estrellado la maquinaria bélica sionista con todo su poderío militar y tecnológico, mientras las grandes potencias, la O.N.U., la Liga Árabe, la  Unión Europea, el Vaticano y muchos otros no saben más que llorar hipócritamente por la paz, y decimos “ hipócritamente” porque desean el triunfo del estado prostituto y la derrota de la franja de Gaza.
     Es doctrina tradicional que detrás de las fuerzas materiales actúan en acto fuerzas invisibles y por eso hemos titulado a esta nota con el título “Estamos en Gaza” puesto que el espíritu no tiene límites de espacio, de distancia,  ni de poder,  y sopla donde quiere. Por eso desde este limitado espacio en el extremo sur del planeta nos proyectamos a Gaza y estamos junto a sus heroicos guerreros islamistas aunque tengamos otra religión, otro idioma y otra cultura. No tenemos el privilegio de tener las armas en la mano, pero sabemos que los límites del cuerpo son una ficción y que la voluntad del hombre que sabe lo que quiere es la fuerza más poderosa del universo.
     Cada baja que se cause al enemigo sionista es de vital importancia porque se trata de un enemigo que defiende únicamente bienes materiales y tiene a su propia vida como el bien más preciado; totalmente distinta es la perspectiva del combatiente fundamentalista islámico para quien la verdadera vida se concreta después de una muerte heroica.
    
San Carlos de Bariloche, 22 de julio del 2014.

JULIÁN  RAMÍREZ


















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