jueves, 6 de noviembre de 2014

GHIO: LA "PERONIZACIÓN" DE LA ARGENTINA

LA "PERONIZACIÓN" DE LA ARGENTINA



El reciente acto masivo de Plaza de Mayo, en el cual una verdadera multitud se concentró para vivar al presidente Kirchner, ha despertado una serie de suspicacias. En primer término se resaltó el hecho de que la inmensa mayoría de presentes estaba compuesta por personas de escasísimos recursos, que bordeaban la indigencia, a las que se invitaba a concurrir a cambio de 20$ y de comida gratis por un día. Así como también se contó con nutridas columnas de ciudadanos del interior del país que fueron además tentados con un paseo gratis a Buenos Aires que integraba un extenso feriado de cuatro días. Pero lo que más ha llamado la atención ha sido corroborar la colaboración asidua en tal organización de personas que hace apenas pocos meses se encontraban en las antípodas del actual presidente, pero que ahora se peleaban por presentarse como los más devotos de sus seguidores.
Esta falta de dignidad y coherencia en los principios que hoy se vive como una cosa natural y espontánea se ha pensado erróneamente que se trata de un fenómeno de los últimos tiempos de la política argentina, producto de sus sucesivas crisis de "corralitos" y "piquetazos" que han dado por resultado un tipo de individuo inestable y sumiso, siempre dispuestos a venderse al mejor postor antes de encontrarse en el terreno de los perdedores. Es por ello que se ha acuñado el término "borocotización", para referirse al sonado caso de un diputado electo por un partido de "centroderecha" el que, mostrando su carencia de espina dorsal, sin esperar siquiera a asumir su cargo, se pasó abiertamente a las filas de la "centroizquierda" representado por el kirchnerismo. Sin embargo habría que decir que estas actitudes de incoherencia tan frecuentes y habituales no son propias de los últimos tiempos en exclusividad, sino que tienen un remoto antecedente en nuestra historia en la figura de quien fuera el principal líder político del siglo pasado y cuya huella está presente en los sucesivos gobiernos que hemos tenido, empezando con el actual.
Tomemos al respecto un hecho histórico acontecido el 16 de septiembre de 1955. En ese entonces un movimiento cívico militar estalla en el país en contra del gobierno del General Perón. El mismo estaba destinado al fracaso debido a que no había logrado sublevar a las principales guarniciones del ejército y apenas contaba con el apoyo de la minoritaria marina. Esta última, cuando las cosas pintaban para la derrota, en un acto de desesperación, amenazó con un ultimatum de bombardeo a la ciudad de Buenos Aires. Curiosamente el presidente, con la excusa de evitar el derramamiento de sangre entre hermanos, presentó su renuncia y se exilió en la embajada del Paraguay. Los vencedores de ese entonces que se encontraron inesperadamente con el poder en sus manos argumentaron respecto de la falta de agallas del General Perón quien no tuvo el valor de resistir a pesar de tener superiodad de fuerzas. Algunos hasta lo compararon con Urquiza en la batalla de Pavón. Es interesante constatar lo que el mismo Perón manifestará respecto de tal acontecimiento. De este modo le contestará al General Aramburu, presidente de la revolución que lo derrocara: "Ud. se ha permitido decir que soy un cobarde porque ordené la suspensión de una lucha en la que tenía todas las probabilidades de ganar. Ud. no podrá comprender jamás cuánto carácter y cuánto valor hay que tener para producir gestos semejantes. Para Ud. hacer matar a los demás en defensa de la propia persona y de las propias ambiciones es una acción distinguida de valor." (8-3-1956). Es decir que en esta esquela Perón se nos manifiesta como un pacifista, como un "león herbívoro" que rechaza la violencia y que, en aras de la paz social, renuncia al poder. Sin embargo no será la misma interpretación la que dará del mismo hecho tres meses más tarde, pero no ante el General Aramburu, sino ante su delegado personal, John William Cooke, quien bien sabemos que con los años se convertirá en el adalid del peronismo de izquierda vinculado con Fidel Castro y con la guerrilla. Así le manifestaba en relación al mismo hecho: "La verdad de por qué no se accionó decididamente en contra de los rebeldes....es porque.. tanto Lucero como Sosa Molina (sus generales adictos) se opusieron terminantemente a que se entregaran armas a los obreros.. ellos defeccionaron miserablemente puesto que preferían que vencieran sus camaradas antes de que el pueblo impusiera el orden que ellos eran incapaces de guardar.. ". (12-6-1956). Es decir que mientras que a unos les decía que renunció para evitar el derramamiento de sangre entre hermanos, a otros en cambio les manifestaba exactamente lo contrario, que estaba dispuesto a derramarla pero que no lo dejaron y que por ello tuvo que renunciar. El doble discurso, el doble mensaje, la ética dual, la "borocotización" tienen pues sus antecedentes claros y fundacionales. La peronización de la política argentina es el gran mal de nuestros tiempos.

Buenos Aires, 26-5-06
Marcos Ghio

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