lunes, 9 de febrero de 2015

RAMÍREZ: LA MARCHA DE LOS BLASFEMOS

LA  MARCHA  DE  LOS  BLASFEMOS


     Los recientes acontecimientos sucedidos en París con amplia resonancia mundial son de una magnitud todavía insospechada. En primer lugar y para poner las cosas en su recto sentido digamos que no se trató de un atentado, sino de una acción de guerra, de un acto legítimo. Y decimos acción de guerra ya que la palabra atentado tiene un sentido peyorativo. Esta acción de guerra llevada a cabo contra el blasfemo pasquín Charlie Hebdo, publicación de neto corte ateo, marxista y “progre”, no es un acto aislado de algunos delirantes y fanáticos. Esta acción debe enmarcarse en el creciente desarrollo de la tercera guerra mundial que comenzó el 11-9-01 con la destrucción de las Torres Gemelas, guerra que enfrenta al espíritu tradicional contra la civilización moderna.
     El espíritu tradicional tiene como fundamento los valores supremos metafísicos y religiosos, mientras que la civilización moderna está hundida en el materialismo, el economicismo, el democratismo y en la mescolanza de parias que gobiernan que ya ni siquiera se sabe si son liberales o marxistas, sino simplemente marginales, sin principio alguno y sometidos al imperio  mundial de las finanzas y la usura.
     El burlarse de las religiones solamente es concebible en este tipo de sociedad que ya ha perdido todo rumbo hacia lo superior y trascendente y toda referencia hacia lo sagrado. Por el contrario la ofensa a lo divino es el crimen más grave en una sociedad tradicional en las cuales la pena de muerte era el mínimo castigo que se aplicaba a los transgresores, considerado un delito más grave que cualquier otro de los sancionados por las leyes penales.
     Hemos visto las aberrantes marchas de manadas de millones de bárbaros defendiendo a la blasfemia bajo el pretexto de la libertad de expresión y a su frente los máximos dirigentes europeos sin que faltaran Netanyhau y  Abbas. Todos unidos para defender la blasfemia, mientras los ejércitos de muchos de esos países cometan toda clase de crímenes combatiendo a los que defienden su religión y su patria.
     Francia, el país que ha sido teatro de este acto de justicia, está organizando en África a las fuerzas con las cuales pretende combatir a los yihadistas y participando ella misma, mientras sus aviones colaboran con los yanquis en los salvajes bombardeos en Irak y Siria. Sobre esto ni una palabra, lo más importante es defender a los que ofenden a la religión.
     No dudamos que este es un episodio más en la tercera guerra mundial y que se irán incrementando los hechos bélicos, incluso de mayor magnitud y en varias partes del mundo.
     Están ya surgiendo varios publicistas que una vez más intentarán demostrar que esto es obra de una conspiración de la CIA, el Mossad y quién sabe qué otro grupo de malvados. Este será un cuento viejo que vienen haciendo desde el 11-9-01 para consumo de los tontos. Como dijo el filósofo Plotino, los viles serán gobernados por los malvados, y el mundo moderno se encuentra plagado de viles como lo demuestran las masivas marchas a favor del delito de blasfemia.
     Acotemos también que los heroicos mártires yihadistas no solamente han cumplido con su religión sino que indirectamente han prestado un servicio al cristianismo:  el número de los días de Navidad del pasquín Charlie Hebdo se dedicó a ofender y a burlarse del Niño Jesús.
Estamos pues agradecidos a estos héroes: hicieron lo que tantos cristianos son incapaces de hacer.

San Carlos de Bariloche, 12 de enero del 2015.

JULIÁN  RAMÍREZ

  

     

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