lunes, 18 de mayo de 2015

RAMÍREZ: LA PERVERSIÓN DE LA DEMOCRACIA

LA  PERVERSIÓN  DE  LA 
DEMOCRACIA

    

    Cuando hablamos de perversión de la democracia nos estamos refiriendo a que ella constituye una serie de sugestiones y conductas contrarias a un proceder sano, natural, armónico y equilibrado del hombre y de la sociedad, y al mismo tiempo, un conjunto de incoherencias que no resisten al menor análisis crítico.
     El falso dogma de la igualdad que considera en un mismo plano el voto de un sabio que el de un delincuente, el de un profesor que el de un alumno, el de un héroe que el de un mediocre, tendría ya, de por sí, que despertar alarma. Sin embargo la democracia se ha introducido en todos los intersticios de la sociedad moderna, merced a una constante tarea de las fuerzas subversivas, y llegando a una total inversión de polaridad, hoy se considera normal lo que es totalmente anormal. Todo este sistema de ideas se ha introducido en las masas modernas como una segunda naturaleza, gran parte de la humanidad ya cree que la democracia es la única forma de gobierno, y aún más, un estilo de vida y una concepción del mundo.
 Una de las grandes incoherencias de la democracia reside en el hecho que sus predicadores fundan sus ideas en el constitucionalismo, la división de poderes, la periodicidad de los mandatos y una verdadera república respetuosa de supuestos derechos humanos, y con estos presupuestos pasan por alto el hecho que hoy día hay poderes nacionales e internacionales que se comportan en forma nada democrática y a los cuales les convienen las prédicas de los apóstoles democráticos. La democracia sostiene así al totalitarismo moderno. Los que mandan o pretenden mandar en el mundo y constituir así un gobierno mundial, como por ejemplo el Council for Foreign Relations, la Trilateral Comission, los círculos Bildenberg o las reuniones en Davos y otros, toman decisiones que afectan a todo el mundo entre muy pocos, a los que nadie votó y ocupan cargos de por vida. Aquí no rige ninguna constitución y los derechos humanos son para la gilada crédula. Son organizaciones que proponen el viejo refrán de “haz lo que yo digo y no lo que yo hago”. Democracia para todo el mundo pero nosotros nos comportamos como verdaderos autócratas. Con esto consiguen debilitar a los estados, crear gobiernos débiles con mandatos limitados, con la división de los poderes enfrentar unos con otros, multiplicar los conflictos mediante la proliferación de partidos políticos y así allanar el camino para la penetración de todo tipo de corrientes ideológicas que los medios de comunicación monopolizados las usen luego para el lavado de cerebros de las manadas bovinas que ya no saben lo que es pensar. La democracia está pues al servicio de la plutocracia mundial y del totalitarismo que amenaza a toda la humanidad, y sirve de piel de cordero para el lobo.
     Los que pretenden criticar a la democracia son marginados cuando no perseguidos, silenciados por no ser políticamente “correctos” como se dice ahora, por contrarios a la nueva religión laica.
     Pero no queremos que las cosas se confundan. Lejos estamos de propiciar golpes de estado que tanto daño han causado en nuestra América, y en última instancia solo han servido para regresar a la democracia.
     Nuestra tarea ha de ser la de agrupar a los pocos hombres libres que aún intuyan, piensen,  sientan que otra humanidad es posible, pero no cualquier otra humanidad sino la única posible, la que se fundamente en la Tradición. Esos pocos hombres libres, organizados en una Orden Tradicional, llegados momentos de caos, de desorden y de inimaginables desastres y catástrofes serán convocados al mando, serán los demás los que tengan necesidad de ellos, al contrario de lo que hacen los políticos modernos que necesitan engañar y corromper a las masas para acceder al gobierno.

San Carlos de Bariloche, 4 de mayo del 2015

JULIÁN  RAMÍREZ





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