martes, 8 de septiembre de 2015

GHIO: PENSAMIENTO TRADICIONAL Y TERCERA POSICIÓN

PENSAMIENTO TRADICIONAL Y TERCERA POSICIÓN



En el embate de ideologías en donde suelen contrastar liberales con marxistas, desde hace tiempo viene apareciendo una corriente que pretende superar a ambos pero que en realidad no lo logra para nada, sino que por el contrario estereotipa los defectos de las dos posiciones, las que pertenecen por igual a la modernidad y a los ideales pergeñados por la revolución francesa tales como la democracia y la igualdad. Esta corriente suele llamarse 'alternativa' o de 'tercera posición' y manifiesta pomposamente no ser ni de izquierdas ni de derechas,  es decir expresa así una buena manera de manifestar que no son ni chicha ni limonada, o que en realidad confunden a la derecha con el liberalismo que es en el fondo una ideología de izquierda en tanto sostenedora, del mismo modo que el marxismo, del dogma de la soberanía popular. Acá lo que podemos decir es que los terceraposicionistas en el fondo son, como las demás ideologías, adoradores por igual de esa entidad inventada por la modernidad que es el pueblo, pero con unas pequeñas diferencias que destacaremos enseguida. Mientras que el demócrata a secas y convencido considera que cuando el pueblo resuelve diferente de lo que él piensa es porque él está equivocado y debe por lo tanto de modificarse a sí mismo tratando de interpretar con mayores esfuerzos de su mente e imaginación cuál es la verdad verdadera que el pueblo posee en su seno puesto que 'vox populi, vox Dei', el alternativo opina igual en el fondo, pero considera que existiría como una suerte de doble verdad, la del pueblo en su esencia, el que tampoco puede equivocarse nunca, y la del pueblo accidental que suele ser engañado por ciertos poderes ocultos que lo determinan por medios sutiles de sugestión. Esto nos recuerda tiempo atrás cuando vivía el líder del movimiento más nefasto que tuvo la Argentina, el cual de acuerdo a sus seguidores, los hoy alternativos, en tanto era un intérprete de la voluntad del pueblo, nunca se equivocaba y que cuando existían errores o desviaciones ello era porque sus 'asesores', es decir ese poder oculto y malo, lo engañaban. En pocas palabras los alternativos suponen que en el momento en que desaparezcan esos engañadores del pueblo a los que califican como judíos, masones u otras denominaciones parecidas, éste, en tanto es el depósito de la verdad verdadera nos traerá la felicidad al planeta.
Totalmente opuesto a tal utopía moderna es el pensamiento tradicional. Para el mismo el pueblo no es ningún depósito de la verdad, sino por el contrario del error, no es la voz de Dios, sino lo es su mensajero, el profeta o califa de acuerdo al Islam, o el emperador o pontífice según el cristianismo. Y éste de acuerdo a tal verdad recibida de lo alto es el que informa al pueblo y lo conduce hacia la misma apartándolo del error en el que naturalmente se encuentra.

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