lunes, 29 de junio de 2015

GHIO: A propósito de unas declaraciones recientes de Humberto Eco

A propósito de unas declaraciones recientes de Humberto Eco

LAS DIFERENCIAS HISTÓRICAS ENTRE EL FASCISMO EUROPEO Y EL ISLÁMICO



Las recientes declaraciones del notorio escritor bolchevique Humberto Eco calificando al fundamentalismo islámico como la nueva forma de nazismo del siglo XXI deberían llamarnos a la reflexión. No tanto por el valor intelectual representado por el aludido, sino por el hecho de que las mismas expresan un cierto clima mental manifestado por vez primera por el ex presidente Bush al iniciar su cruzada del 2001 en contra de tal ideología a la que también calificó en su momento como ‘fascismo’, teniendo ambos en el fondo -y desde la óptica desde la cual se ubican- bastante razón.
Los Fascismos europeos y las diferentes formas de fundamentalismo islámico tienen en común el rechazo por la democracia y por sus secuelas últimas de las que participa tal concepción del mundo. Mientras que para ésta la vida, lo histórico, lo espacio temporal y por lo tanto lo económico representan los valores supremos por lo cuales debe ordenarse la totalidad de nuestra existencia, para estas dos expresiones antes mentadas los mismos son en cambio lo trascendente, el espíritu, el que se encuentra ordenado por encima de la materia, bajo la forma de lo político y lo religioso por sobre la simple economía y la vida heroica por sobre el consumismo burgués que prima en nuestros días. Y el buen gobernante no es, tal como hoy se estila, el excelente administrador, el que sabe cómo llenar el estómago de las personas y hacerlas ‘felices’, sino el que otorga fines e ideales superiores por los cuales vivir y morir, metas éstas que se encuentran más allá de la simple vida y en un orden superior que solamente él se encuentra en condiciones de percibir en su nitidez.
Indudablemente fascismo y democracia son posiciones antitéticas. Mientras que para esta última quien gobierna es la expresión del pueblo, uno más entre la multitud anónima y masificada, quizás el más exitoso, sea en la economía, como en el deporte o en el espectáculo, en la primera en cambio se trata de un ser de naturaleza superior y diferente del resto y su función no es la de descender y adaptarse a los valores de la turba para hacerlos ‘realizables’, sino la de rectificarla y elevarla desde su condición puramente gregaria hacia una esfera superior y trascendente, propia de lo que es el universo de la persona. Tal es la imagen hoy expresada en la figura del califa, un ser casi como de otra naturaleza, no producto de la ‘voluntad del pueblo soberano’ sino de la de Dios que a través de la victoria le ha dado su consentimiento, o lo que fueran en otro contexto el Duce o Führer en los fascismos europeos.
Lamentablemente debemos destacar aquí que la gran paradoja que hoy se vive en nuestro medio es que tales repudios hacia el fascismo o nazismo islámico de parte de marxistas y capitalistas son también expresados por aquellos que en el mundo occidental se consideran como los herederos de tal ideología derrotada en la segunda gran guerra y cuyos exponentes, de la misma manera que Eco y Bush, hoy hacen fila para demostrar quien repudia mejor al fundamentalismo islámico, con argumentos diferentes, es cierto, pero que en la práctica representan una misma cosa. Tenemos al respecto el caso patético de la Sra. Marine Le Pen, a la que habitualmente se ha caracterizado como la heredera de tal ideología, que hoy lejos de adherir a tal expresión surgida en otro universo cultural, por el contrario convoca a endurecer aun más la posición de Europa en contra de la misma poniéndose a la cabeza de quienes abiertamente promueven invadir con tropas al mundo musulmán rebelde que se opone a la democracia. Y ni qué decir de los grupos racistas ‘arios’ o ‘indoeuropeos’ para los cuales, a diferencia de lo que manifestara el maestro Evola, en tanto seguiría aun vigente en el mundo la antítesis entre arios y semitas, las acciones de tal ideología no serían otra cosa sino un zarpazo más en contra de la raza blanca producido por tal raza enemiga. A los mismos no se les cae la cara de vergüenza en seguir diciéndonos que todos los ataques producidos fueron hechos a propósito por los semitas en contra de los blancos sea de los EEUU como europeos para destruirlos, como si acaso no fuese la democracia la peor forma de destrucción que se conozca y no hubiese sido justamente en tal universo en donde se produjo en sus diferentes formas tal anomalía.
Este error de perspectiva en los fascismos europeos debe hallarse en sus mismos orígenes. Mucho tardaron los fascismos en comprender que sea el nacionalismo como la democracia en cualquiera de sus formas eran productos de la modernidad y que lo que en cambio debía dirimirse en combate eran concepciones del mundo diferentes. Es de destacar cómo por ejemplo en nombre de tal nacionalismo, que en algunos casos asumió forma de racismo obtuso y biológico, la Italia fascista estuvo a punto de aliarse con la Inglaterra democrática en una invasión originada por la ocupación de Austria por parte de Alemania. Del mismo modo -y ya declarada la guerra- se ha sabido que hasta último momento (y tal habría sido el motivo verdadero del viaje de Hess a Inglaterra) era un proyecto de Hitler unir a los arios ingleses con los alemanes en una lucha común y racial en contra de los semitas y de los pueblos por éstos influidos, como las mismas razas mediterráneas y latinas del sur, que curiosamente eran los que más adherían al fascismo. Y ni qué decir del error cometido por el mismo Mussolini de haber resignado el poder ante una elección ‘democrática’ efectuada por un Consejo superior que tenía funciones resolutivas menoscabando así su condición de jefe. Fue recién en los finales de la guerra cuando gran parte de estos errores pudieron ser superados aunque tardíamente, en especial cuando un movimiento militar como las SS se convirtió en multirracial agrupando a las personas no por la etnía a la cual perteneciesen sino por la concepción del mundo a la cual adhiriesen.
El fascismo islámico hoy tiene una ventaja sobre el europeo. No tiene necesidad de purgar la herejía nacionalista pues tiene en claro que el nacionalismo y la democracia son formas y manifestaciones del mundo moderno o infiel en contra del cual combate y entre sus filas hay ya desde ahora personas de todas las etnías.

Marcos Ghio

29/06/15

miércoles, 24 de junio de 2015

REFORMANDO LA BANDERA ARGENTINA


REFORMANDO LA BANDERA ARGENTINA




Nos hemos enterado de que el 'filósofo' Feinman, notorio chupamedias del gobierno actual, ha promovido, en ocasión de celebrarse anteayer el día de la bandera en la Argentina, un nuevo proyecto para sacarle el sol que ondea en su centro a fin de sustituirlo por el más pacífico y materno pañuelo blanco, símbolo de las Madres de Plaza de Mayo. Esto ha dado lugar a una serie de reacciones por parte de sectores nacionales enardecidos por la posibilidad de un cambio semejante. Yo voy a discrepar con tal postura y diré que me parece bien que la Argentina democrática saque el sol de su bandera, símbolo de virilidad y guerra heroica y lo suplante por el lacrimógeno pañuelo pacifista de las madres pues de este modo nos liberaremos de un anacronismo ostensible y paradojal. Pues la sociedad democrática tiene muy poco que ver con valores solares y heroicos mucho en cambio con lunares y telúricos propios de la sociedad de la madre. Agradecemos pues al Sr. Feinman haber hecho esta muy oportuna distinción. Tiene que haber pues dos Argentinas, la viril simbolizada por el sol y la del pañuelo blanco pacifista, las mismas que confrontaron en la guerra de Malvinas entre los que querían rendirse y agitaban el pañuelo blanco y la de los que en cambio estaban dispuestos a luchar hasta morir.

viernes, 19 de junio de 2015

LA METAFÍSICA DEL SEXO


LA METAFÍSICA DEL SEXO




Una de las obras más importantes de Evola y muchas veces malentendida es Metafísica del sexo. Texto salido en la postguerra y -tal como explicara el autor en un reciente reportaje editado en internet- el mismo representa un tratado anti-Freud. En tal obra se intenta desarmar tanto la tesis convencional respecto del sexo según la cual el mismo se reduce simplemente a la vía que la naturaleza utilizaría para perpetuarse a través de la reproducción de la especie, como al pansexualismo introducido desde Freud para el cual el mismo se comprende simplemente en la búsqueda del placer y en tanto tiene que ver con la felicidad y la 'vida' que es reducida a un plano biológico, representa la energía primordial que debe ser desplegada en manera irrefrenable, tal como vivimos en nuestros días. Sin descartar ninguna de las dos cosas (el principio del placer y de la reproducción) a las cuales sin embargo no se asigna un sentido preferencial, el sexo en el pensador italiano tiene en cambio una dimensión metafísica, comprendiendo a tal disciplina no como una nebulosa existente en otro universo y respecto de la cual se trataría simplemente de efectuar una serie de disquisiciones, muchas de las cuales realizadas para ponernos en evidencia respecto del resto, se trata en cambio de un sentido trascendente y superior dado a nuestra misma vida cotidiana. En tanto la naturaleza no es una cosa en sí misma sino que es el símbolo de una realidad superior, el hecho de tener un sexo físico determinado no representa en este caso una mera circunstancia azarosa, sino que es una vía para alcanzar un fin trascendente y elegida de acuerdo a nuestra misma manera de ser. Las dos vías posibles son la potencia y el acto, la materia y la forma, lo activo y lo pasivo, simbolizados ambos en las formas físicas del hombre y la mujer, entidades que se solicitan recíprocamente y expresan en los dos casos un sentimiento de carencia que debe ser plenificado a través de la sexualidad comprendida como un camino. En tal caso el sexo tendría que ver con la búsqueda de la restauración del hombre primordial antes de la caída que era andrógino, en tanto poseedor de los dos sexos y por lo tanto no carente de un contrario, aunque desde una óptica tradicional se trataría de uno de los tantos caminos aunque no excluyentes pues también es lícito el de aquel que por vía ascética renuncia totalmente a la sexualidad por reputarla como innecesaria.

lunes, 15 de junio de 2015

MARX Y HEIDEGGER

MARX Y HEIDEGGER



 Ampliando algunos conceptos de nuestra conferencia del 11/06/15 en la que nos referimos a las relaciones existentes entre la filosofía del joven Heidegger y la corriente de izquierda fascista que hoy adhiere a la postura neobolchevique del pensador ruso Dugin, extractamos unos pasajes ilustrativos que nos muestran los vínculos estrechos que la misma posee con el marxismo.

Carlos Astrada fue un notorio filósofo argentino del pasado siglo que estudiara en Alemania con Heidegger y que al mismo tiempo adhiriera en vida al marxismo leninismo y en las últimas etapas al maoísmo más crudo. Su importancia entre otras cosas estriba en habernos señalada las grandes cercanías que existen entre ambos pensadores a los cuales erradamente, desde el campo de lo que ha dado en llamarse el pensamiento alternativo, se ha querido contrastar. Se conserva de él una importante conferencia brindada en 1933 que se titulara ‘La praxis en Heidegger y en Marx’ y que fuera reeditada en un libro titulado ‘Martín Heidegger’, Buenos Aires 1970, pgs. 163-174.
De la misma extractamos los siguientes pasajes.
El hombre, como bien lo ha visto Heidegger, existe como teorético de la práctica. El mundo de los fenómenos es inferido, no por la consideración teorética, sino por la actividad manual del hombre…. Este hombre, que por una necesidad pragmática existencial, infiere y toma posesión de las cosas de su ámbito inmediato es el homo oeconomicus de Carlos Marx. Éste nos ha dicho en una de sus Tesis sobre Feuerbach (la II), que ‘la cuestión de saber si el pensamiento humano puede llegar a una verdad objetiva no es una cuestión teórica, sino práctica. Es en la práctica donde tiene el hombre que probar la verdad de su pensamiento’.
Heidegger coincide con Marx asimismo en su modo de comprender la historia. Para este último la existencia humana es una existencia primariamente histórica. La historia es, según Marx, una categoría fundamental del ser humano. No otra es, ya en una dimensión estrictamente ontológica y definida, la interpretación de la historia –de la vida histórica- que nos ofrece Heidegger. La historia no es para éste una cosa pasada… El sentido esencial de la existencia humana es su historicidad. Por historicidad debemos entender un sujeto que no es acósmico, sin mundo, sino histórico por participar de la historia, en tanto es un ente que está en el mundo.’

Es decir que, sea Marx como Heidegger, reducen al ser humano al factor histórico y mundano, no existe para el hombre algo que vaya más allá de la historia, del tiempo y del mundo. Del mismo modo que la praxis, comprendida como la oscura necesidad determinada por la economía, es el destino del hombre para ambos pensadores.

Y agrega: ‘El mundo no constituye para el hombre una cosa presente que desde una perspectiva teorética llega a ser objeto de su consideración, sino que este mundo es inferido y descubierto como sustrato y complejo de sus preocupaciones de índole pragmática existencial. No se trata de una interpretación teorética del mundo creado, sino de modificarlo, recrearlo para apropiárselo conforme a una finalidad.’

Una vez formulada la primacía de lo práctico sobre lo teórico, al revés exacto de la metafísica tradicional para la cual es lo teórico lo que prima sobre lo práctico. Sólo le resta adherir a la otra consecuencia del marxismo que es la superioridad de lo social, ‘del pueblo’, y en última instancia de la masa sobre la persona. Veamos:

Es una de las comprobaciones fundamentales de Heidegger que el existir es un existir con otros, un coexistir…. La existencia es un acaecer con otros, un coacaecer determinado como destino. ‘Con esto, dice Heidegger, designamos el acontecer de la comunidad,  del pueblo’. … De este modo Heidegger rompe con los postulados del idealismo…. Éste hizo de un sujeto acósmico, sin mundo (sin los otros que nos determinan con sus votos) la sustancia pensante. El yo era para el idealismo (y para toda la filosofía anterior) la base de la filosofía. Heidegger disuelve la sustancia pensante en las estructuras de la existencia, reduciéndola a mero momento inmanente de ésta. Destruye la supremacía del yo (es decir impone a la masa como sustituto, convierte el conocimiento en social y no en individual) en torno a la cual se había centrado la filosofía anterior a él. ‘La sustancia del hombre, nos dice, no es el espíritu como síntesis de cuerpo y alma, sino la existencia’ (y ya hemos visto que la existencia es un existir con otros, entidad ésta que suplanta a lo que es nuestro espíritu propio, para convertirnos en sujetos perfectamente masificados o socializados).
El punto de partida de la filosofía de Heidegger, ahincado en la determinación del ser de la existencia humana en relación a su mundo circundante (nuevamente es el mundo circundante el que determina como un destino a mi existencia) implica (como no podía ser de otra manera) una radical ruptura filosófica con la tradicional posición antimaterialista y humanista liberal de las épocas anteriores.
Digamos que en todo caso termina con lo poco de bueno que podía haber tenido aun el liberalismo que era considerar que el hombre era un sujeto libre no determinado por la masa y por el mundo de la producción y el trabajo.
Por  último Astrada reconoce que, una vez arribados a estos acuerdos esenciales, sin embargo los caminos de Heidegger y Marx se bifurcan. Marx fue más coherente que el existencialista alemán en llevar la praxis hasta sus consecuencias finales a través de la militancia revolucionaria en la Internacional comunista, en cambio Heidegger quiso, a partir del descubrimiento del Dasein, reconstruir la metafísica con los resultados conocidos.
Sin embargo aun reconociendo tales diferencias,  indudablemente debemos señalar que el texto de Carlos Astrada ha sido sumamente útil para poder entender el uso que de Heidegger intentan hacer actualmente sectores de la nueva izquierda, los que hasta hace poco se autotitulaban como de la Nueva derecha.

Marcos Ghio
14/06/15


viernes, 12 de junio de 2015

EL FORTÍN Nº 77

EL FORTÍN

http://juliusevola.com.ar/Fortin.htm

Nº 77 (Mayo 2015-Junio 2015

JORNADA EVOLIANA 11 DE JUNIO DE 2015
EVOLA, HEIDEGGER Y LA CUARTA TEORÍA POLÍTICA
Tal como ha sido nuestro estilo en las jornadas evocativas de la figura de Evola, al cumplirse los 41 años de su fallecimiento, formularemos una réplica a quienes han sostenido una crítica a su figura, la que, si bien a veces fue efectuada bajo la forma de una pretendida alabanza, en el caso puntual que hoy nos convoca nos referiremos a una de carácter irreverente e irrespetuosa, respecto de la cual soslayaremos una serie de insultos groseros dirigidos en su contra para remitirnos a lo esencial, en tanto que consideramos que la misma refleja una cierta corriente que hoy se encuentra presente entre nosotros y a la que queremos refutar.
Desde una óptica abiertamente de izquierda y pretendidamente fascista, en la ciudad de Barcelona, un tal Jaime Farrerons*, de quien vamos a hablar, ha elaborado una serie de artículos remitiéndose, por contraste, al pensamiento del joven Heidegger de Ser y Tiempo, es decir no al Heidegger maduro de postguerra, sino al existencialista.... (SIGUE)
NOSOTROS, LOS MACHISTAS
A PROPÓSITO DEL PLEBISCITO GAY EN IRLANDA
CABALGAR EL TIGRE EN RAMADI
EVOLA EN LOS EEUU
“LA SANGRE ES MÁS DENSA QUE EL AGUA”
por Marcos Ghio
INTRODUCCIÓN A 'CRISIS DEL MUNDO MODERNO' DE RENÉ GUÉNON
por Julius Evola
A CONFESIÓN  DE  PARTE  RELEVO  DE  PRUEBA
LA  PERVERSIÓN  DE  LA DEMOCRACIA
REFLEXIONES  SOBRE  EL  ESTADO  ISLÁMICO
INFLUENCIA  DE  LAS  PALABRAS  SUTILES
LA  REVOLUCIÓN  TRADICIONAL  EN  LA  CULTURA
LOS LÍMITES DEL NACIONALISMO
LA  TRADICIÓN  Y  EL  ESTADO ISLÁMICO
por Julián Ramírez

SULLA TRADIZIONE NORDICO – GERMANICA, II^PARTE
por Leonardo Rivalenti (en italiano)

lunes, 8 de junio de 2015

RAMÍREZ: A CONFESIÓN DE PARTE RELEVO DE PRUEBA

A CONFESIÓN  DE  PARTE  RELEVO  DE  PRUEBA

    
     En Europa Press del 24 de mayo pasado se recogen declaraciones efectuadas a la cadena CNN por el Secretario de Defensa de los EE.UU., Ashton Carter, que nos merecen algún análisis por provenir de un alto funcionario del gobierno yanqui, y ser difundidas por medios adictos a las fuerzas en lucha contra el fundamentalismo islámico y por lo tanto inobjetables.
     Dice la información que Carter acusó a las fuerzas iraquíes de Ramadi de dejar en manos del Estado Islámico la ciudad de Ramadi al demostrar una total falta de voluntad de lucha. Y agrega Carter:  “Podemos entrenarlos, podemos darles equipamiento, pero lo que no podemos hacer es inculcarles la voluntad de lucha, nunca estuvieron en inferioridad numérica…”
    Y nosotros agregamos: huyeron aterrorizados como conejos asustados sabiendo lo que les esperaba si caían prisioneros. Lo que no dice Carter pero no dudamos, es que estarán muy bien pagos.
    
     Esta es la moral de los peleles que la formidable coalición encabezada por los EE.UU. pretende organizar contra el Estado Islámico.
     En esta guerra, y en otras en curso contra la modernidad, no solamente se enfrentan dos concepciones antitéticas del mundo y de la vida, sino también dos morales distintas. Nietzsche ya nos había hablado de una moral de señores y de una moral de esclavos. La moral de señores es patrimonio de los yihadistas y de los mujahidines: sentido heroico y trascendente, prestos al sacrificio y a la entrega total, la muerte física como nacimiento a la verdadera vida. La moral de esclavos pertenece a los amantes de la vida física, al bienestar material, al confort, al consumismo y a las diversiones pasajeras con que la modernidad corrompe al hombre moderno. Y esta moral de esclavos no solamente pertenece a los que en el terreno enfrentan al Estado Islámico, sino también a las masas que pululan en nuestras sociedades y tiemblan de solo pensar en una guerra, siendo felices de pastorear en el corral en que se encuentran encerradas y satisfechas.
     Este miedo es el que está difundiéndose en Europa y en EE.UU. y se manifiesta en la oposición a enviar tropas terrestres para combatir al Estado Islámico y a las otras corrientes fundamentalistas. No les queda otra que recurrir impunemente a los cobardes ataques aéreos a cargo de miserables que saben que no tienen oposición en el aire o a controladores de los drones que sin riesgo alguno operan desde cómodas oficinas y dan órdenes desde sus despachos.
     Esos mercenarios que huyen despavoridos no son nada más que el último eslabón de la cadena del miedo en que crecientemente se hunde el mundo moderno.
     A este tipo de hombres se refería un político argentino, Arturo Jauretche,  a los que denominaba “batallón de empujadores” porque decían: “¡Animémonos y vayan!”.
     El mismo día 24 de mayo un despacho de la agencia imperialista Reuters titulaba: “Las tropas iraquíes ganan terreno en su contraofensiva para recuperar Ramadi”. Y agregaba declaraciones de un jefe tribal adicto al gobierno títere de Irak que decía: “La moral de los combatientes es elevada…”.
    ¿Ud. lector a quién le cree, al Secretario de Defensa de los EE.UU. o al mercenario irresponsable?
     De todas maneras agradecemos al Sr. Carter su sinceridad que habrá caído como un balde de agua fría sobre los miedosos.
     Entre estos últimos contamos también a todos esos euroasiáticos, identitarios, nacionalistas, neofascistas, que temerosos buscan cobijarse bajo el amparo del oso ruso.

San Carlos de Bariloche, 25 de mayo del 2015.

JULIÁN  RAMÍREZ    
    



NOSOTROS, LOS MACHISTAS

NOSOTROS, LOS MACHISTAS


Dentro del régimen de desórdenes a los que hemos sido condenados a vivir, en un proceso de aceleración que no conoce ya límites, nos hemos encontrado en estos días, a partir de una gran manifestación en contra de lo que ha dado en llamarse la violencia de género, con la pululación de una nueva forma de feminismo camuflada detrás de un modo muy novedoso de subvertir un poco más nuestro lenguaje.
Resultaría ser que para la misma el género y el sexo serían dos cosas diferentes, es decir que la posesión de un cierto sexo no implicaría necesariamente la pertenencia a un género determinado, sino que  mientras que lo primero es algo con lo cual se nace y que no hemos elegido, lo segundo en cambio sería una cosa a construir a lo largo de nuestra vida y que no tiene por qué ser acorde o determinado por la naturaleza que se tiene, la cual no nos estaría señalando nada, sino que sería apenas el ámbito desde el cual pueden efectuarse una multiplicidad de elecciones acordes a nuestra propia voluntad. Por ejemplo, si nacemos con sexo masculino o femenino no estaríamos por ello obligados a actuar como varones o mujeres, sino que tenemos ante nosotros una amplia gama de posibilidades. Además de la convencional heterosexualidad que se nos ha venido imponiendo durante siglos, una manera de ser diferentes y por lo tanto superiores en el ejercicio de nuestra libertad es llegar a formar parte de grupos distintos como el de los homosexuales, bisexuales, onanistas, hermafroditas, zoofílicos, necrofílicos, sadomasoquistas, etc. Todos los cuales constituyen ‘géneros’ que agrupan a personas que también habrían elegido de un modo similar a nosotros, los cuales podrían llegar a constituir un sindicato o hasta un partido político con representación parlamentaria. Y a su vez como nuestra naturaleza es libre y ‘creadora’, en materia de sexualidad podríamos inventar siempre algo nuevo y destacarnos respecto del resto en modo tal de que no se puede hablar de categorías estancas y definitivas pues siempre existiría la posibilidad de una forma diferente de ejercerla. Demás está decir que todos los géneros gozarían de los mismos derechos en tanto que se arribaría a una verdadera y propia democracia absoluta. El género pues sería el factor determinante sobre el sexo el cual fungiría como una simple materia maleable a ser utilizada por nosotros a voluntad y sin límite alguno, salvo aquel que en manera liberal interfiera con la libertad del otro. Como ejemplo de lo aquí dicho, días atrás un filósofo de apellido impronunciable por la televisión le explicaba en un sketch a su hija lesbiana que no tenía necesidad de operarse sexualmente pues podía lo mismo ejercer funciones activas mediante la utilización inteligente del cuerpo que hemos recibido. Y agreguemos también que tal filosofía de género es lo que ha a su vez justificado el matrimonio homosexual en la medida que no habría géneros con privilegios y en un mañana también será posible entre un hombre y un animal en tanto recientemente un juez, en un caso que ha tenido resonancia mundial en relación a la situación padecida por un orangután de un zoológico en la Argentina, ha determinado que un animal es también una persona. Por lo tanto de profundizarse la filosofía de género podría también tener el ‘derecho’ a casarse.
Por supuesto que lo que está en contra de esta novedosa forma de democracia extrema es el fachismo, el cual a nivel sexual ha recibido el nombre de machismo, en tanto rima y todo con la ideología mala y represora antes mentada. El machismo consiste en considerar formas de género unívocas y estancas: habría solamente dos como en nuestra gramática. Para el mismo sexo y género serían una misma cosa y todas las demás formas de ‘creatividad’ humana expresarían en cambio modos patológicos respecto de la sexualidad. El machista, a diferencia del ideólogo de género, que en lo sucesivo calificaremos simplemente de gay por economía de lenguaje, considera que no es verdad que haya sido una mera casualidad que hayamos nacido hombre o mujer. Que no somos la mera consecuencia azarosa de un abrazo nocturno, ni de un accidente no querido y repentino por el que se nos trajo hasta aquí, del mismo modo que tampoco el universo fue el simple producto de una gran explosión acontecida en tiempos remotos y que por una muy curiosa casualidad nos encuentra aquí platicando. Que ser libre y creativo no es el accionar caprichoso y mecánico de marionetas agitadas, ansiosas por ser originales y llamar la atención. El sexo, la raza y en otras épocas las castas indicaban una naturaleza propia que debíamos seguir. Y ser libre era justamente eso, ser capaces de actuar de acuerdo a la misma y no desviarse de ésta, tal como sucede actualmente con el cinismo increíble de llamar a tales estados patológicos y compulsivos como libertad. Por ello siempre existieron dos vías en nuestra especie, la de la derecha y la de la izquierda. Ser de derecha era actuar de acuerdo a lo que se era desde antes de nuestra misma existencia, y reconocerse como tal. En cambio ser de izquierda significaba rebelarse contra uno mismo, desviarse del camino que se había elegido y por lo tanto extraviarse. Solamente una época de anormalidad como la que hoy vivimos ha privilegiado a la izquierda sobre la derecha y no sólo eso, sino que ha convertido a lo anormal en normal en modo tal que hoy en día nadie quiere calificarse como de derecha y en un mañana no muy lejano ser heterosexuales deberá ser manifestado casi en secreto y con vergüenza. Acotemos a su vez que tal término antes no se usaba en tanto los gays no nos habían aun obligado a dejar de decir sexualidad normal, y no estábamos rodeados de sujetos ansiosos por inventar géneros cada vez más novedosos que los convirtieran en originales llamando así nuestra atención.
Pero no nos resignemos, los machistas, a padecer tales estados compulsivos definitivamente. Días pasados un gay muy notorio manifestó que se oponía al matrimonio igualitario pues decía que de esta manera el homosexual se aburguesaba y entraba a formar parte del común de los mortales, dejando así de ser su conducta una señal de rebeldía. Sin saberlo daba en la tecla de lo que lo diferenciaba respecto de nosotros. Los machistas no nos rebelamos en contra del orden natural en tanto lo consideramos y lo hemos reconocido como nuestro y como el producto de una elección trascendental, en cambio Uds. los gays son como el eterno rebelde de las Escrituras. Como para Uds la vida lo es todo, son incapaces de estar en ella como aquel que sabe estar transitando por una epopeya trascendente. Se desesperan por encontrar un sentido y al no hallarlo pretenden ensordecernos con vuestros aturdimientos. Pero no lograrán hacerlo.

Adelante pues con vuestras marchas, con vuestros shows y peleas mediáticas, con vuestros sofismas, mohines y doctrinas novedosas, con vuestros despliegues democráticos. La  fosa debe ser colmada y se precisa de mucho estiércol para el nuevo árbol que brotará de vuestro final.