jueves, 18 de mayo de 2017

A PROPÓSITO DE LOS 'FEMICIDIOS'

A PROPÓSITO DE LOS 'FEMICIDIOS'



Tal como se ha resaltado el feminismo igualitarista del pasado siglo ha llevado como consecuencia a la confirmación de un viejo adagio: que cuando se constituyen igualdades antinaturales la consecuencia de ello no es el triunfo de un nuevo principio, sino a la inversa a la negación del mismo creándose al respecto desigualdades mucho más aleves y odiosas de las que antes pudiesen haber existido. De este modo el feminismo, que ha querido igualar a la mujer con el hombre, a pesar de las notorias diferencias existentes entre ambos, ha concluido finalmente en una variante de corte supremacista y por lo tanto desigualitaria por la que termina considerando a la mujer como superior al hombre y en consecuencia opina que éste es agresivo y violento por naturaleza a diferencia de la mujer y que en tanto que ésta se ha finalmente 'liberado' y tomado conciencia de tal situación, el hombre que había constituido durante milenios de opresión una sociedad machista y represiva, al verse descubierto y desplazado, reacciona virulentamente asesinando a las mujeres como venganza y resentimiento. Tal el fenómeno hoy conocido socialmente como femicidio que se encuentra a la orden del día queriendo con ello resaltar que la mujer resulta ser una víctima especial de una violencia que contra ella cometen los que son hombres varones. Acotemos que esto también muchos varones e incluso homosexuales (no todos) que consideran que de esta manera pueden hacer ostensible psíquicamente su condición femenina asumiendo las banderas extremas de tal movimiento desviado.
Tenemos de este modo el caso de un conocido jurista argentino ex miembro de la Suprema Corte quien es el que sostiene y defiende esta misma opinión. De acuerdo a su punto de vista los hombres estarían asesinando a las mujeres porque éstas se negarían a dejarse someter sexualmente, tal como habría sucedido antes, y en tanto pretenden ahora decidir con quien acostarse y cuándo hacerlo, el varón rechazado se siente agraviado en su virilidad y por lo tanto reacciona llegando así al asesinato. Desde nuestro punto de vista resulta ser exactamente al revés. El aumento de asesinatos de mujeres se debe a que éstas, al haber confundido libertad con libertinaje, hoy se exhiben y provocan a los hombres pretendiendo de éstos que actúen ante ellas como lo podría hacer un monje o un asceta. Es verdad que éstos existen pero son una pequeña minoría y más aun en una sociedad como la actual que ha hecho del sexo y de lo material una verdadera manía. 

La solución a todo esto pasaría por lo tanto en dos medidas concurrentes: 1) Volver a vestir a la mujer y hacerla retornar al recato y 2) Ponerle fin a la patología sexópata promovida especialmente por los medios masivos de difusión.

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